José Antonio Fidalgo, de Ujo a curar a los niños de toda Asturias

El jefe de rehabilitación del HUCA abrió los festejos de su pueblo natal arropado por vecinos y compañeros de trabajo

José Antonio Fidalgo se dirige al público que siguió su pregón. | D. M.

José Antonio Fidalgo se dirige al público que siguió su pregón. | D. M. / David Montañés,

David Montañés,

José Antonio Fidalgo pasó toda su niñez y juventud en Ujo. Sus padres tenían una carnicería cerca del Bar La Parra, frente a la casa de Lolo el madreñero. "Para mí fue muy importante empaparme de todos aquellos trabajos tradicionales que se realizaban con las manos. Es algo, tal vez cosa del destino, que me ha ayudado mucho a la hora de trabajar con los grandes profesionales, también artesanos de alguna manera, que me rodean cada día". Se refiera no a carpinteros, modistas o confiteros, sino a auxiliares de clínica, fisioterapeutas, técnicos ortodoncistas y otros "artesanos" en general de la medicina que, como apunta Fidalgo, han elegido el oficio de "curar con las manos".

José Antonio Fidalgo, con familiares y compañeros.

José Antonio Fidalgo, con familiares y compañeros. / David Montañés

A José Fidalgo lo define su origen mierense, pero lo que realmente lo distingue es que está al frente desde hace más de una década del área de Medicina Física y Rehabilitación del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA). El servicio se ha convertido en un referente nacional de vanguardia en lo que se refiere a desarrollar nuevas tecnologías que permiten, por ejemplo, tratar las desviaciones de la columna vertebral que padecen muchos niños. El avanzado corsé impreso en 3D con que se trata en Asturias la escoliosis idiopática ha dado proyección nacional a esta exitosa unidad del HUCA, pero además Fidalgo ha conseguido un reconocimiento tal vez no tan vistoso, pero de gran valor humano. "Trabajar con él es una maravilla. Se preocupa constantemente del paciente, de cada pequeño problema, y nos hace sentir parte de un equipo que trabaja cada día por mejorar la calidad de vida de las personas", explican quienes cada día trabajan con él.

La prueba del afecto que José Antonio Fidalgo genera entre sus compañeros y compañeras de trabajo se pudo constatar ayer en Ujo. El especialista regresó a su pueblo para ofrecer el pregón de las fiestas de San José Obrero, que se prolongan hasta el miércoles. Sus compañeros del HUCA fletaron un autobús para acompañarlo en un acto que le resultó especialmente emocionante: "Lo que de niño viví en Ujo tiene su continuidad en mi profesión. Intentó sostener los valores que me inculcaron aquí, como la disciplina, el sacrificio y la importancia de mantenerse todos unidos".

Si José Antonio Fidalgo se mostró conmovido con el cariño recibido en Ujo, algunas de sus compañeras reconocieron estar emocionadas: "Es una persona muy especial que facilita el trabajo y que trata de la manera más humana posible al paciente". A los valores personales, se suma en este caso una contrastada valía profesional. Fidalgo está muy satisfecho con la marcha del proyecto en el que lleva años trabajando con su equipo en el HUCA. El centro está considerado desde hace ya más de dos años un "ejemplo" nacional de la rehabilitación de espalda al desarrollar el primer corsé impreso en 3D, que incluye un escaneado digital de las medidas del paciente y un robot que habla y baila para "relajar" el ambiente de las consultas. El proyecto tuvo una cogida entusiasma y las expectativas iniciales se están incluso superando. "Estamos cumpliendo con los objetivos que nos habíamos marcado. Hemos mejorado el prototipo, que tenemos patentado, con una nueva versión y mejores materiales", explicó.

El demandado corsé es un gran avance en el tratamiento de la escoliosis idiopática, una afectación de la columna vertebral que se suele diagnosticar entre los 12 y los 13 años, coincidiendo con los cambios ligados al desarrollo puberal y que es más habitual entre las niñas. De todas las escoliosis diagnosticadas en la adolescencia, alrededor del 85 por ciento son idiopáticas, es decir, se desconoce su causa.

El equipo de dirige Fidalgo fabrica entre 200 y 250 ejemplares de estos innovadores corsés cada año. "Van a parar a hospitales toda España y el método nos ha convertido en un hospital de referencia nacional. Se trata de un trabajo de una gran finura y ligereza", destaca. No solo hospitales de otras comunidades "copian" el trabajo que se hace en Asturias, sino que la unidad forma constantemente a residentes de todo el país. Fidalgo siente pasión por su profesión. Al tiempo, guarda en enorme cariño por Ujo: "Me gustaría que mi ejemplo sirviera para generar ilusión. Es posible acabar desarrollando una profesión exigente de alta dificultad creciendo en un pueblo de sólidos valores, como es el caso de Ujo".