Opinión | Sol y sombra

La amenaza nuclear

Un grupo de manifestantes sostienen banderas iraníes y palestinas durante una manifestación antiisraelí después de que Irán lanzara ataques con drones contra Israel en la Plaza Palestina de Teherán.

Un grupo de manifestantes sostienen banderas iraníes y palestinas durante una manifestación antiisraelí después de que Irán lanzara ataques con drones contra Israel en la Plaza Palestina de Teherán. / ABEDIN TAHERKENAREH

Israel está, por ahora, amagando con devolverle el golpe a Irán en respuesta a los 300 drones y misiles contra objetivos judíos. Ayer se especulaba con un "ataque calibrado" a Isfahán, pero la operación no reconocida oficialmente tampoco parecía ser del todo reconocible. Debido a las presiones de sus aliados puede que Netanyahu se la esté pillando con papel de fumar antes de pronunciarse definitivamente, lo que no suscita tantas dudas es que más tarde o temprano actuará. Es la ley del talión, un viejo principio según el cual la ofensa debe recibir un castigo igual. El problema es que los conflictos bélicos, o la guerra, como prefieran llamarlo, no están programados para la reciprocidad proporcionada. No hay forma.

Para que nadie dude de su eficacia, Israel castiga con brutalidad la franja de Gaza e Irán agita el temor atómico, como antes ya agitó a Hamás en los ataques terroristas a la población judía. Tel Aviv está en el punto de mira por la desproporción de sus respuestas al terrorismo palestino y cualquier movimiento es susceptible de provocar una escalada en el interminable conflicto de Oriente Próximo. La legalidad internacional que vela por la proporción de las respuestas armadas también establece que un país tiene el derecho a defenderse de los ataques del exterior. Trescientos misiles y drones no son una simple exhibición para presumir delante del "enemigo sionista" por mucho que se hayan anunciado. No vale razonar que se lanzaron como si se tratara de unos simples petardos por el hecho de haber sido neutralizados por las defensas aliadas. La eficacia del escudo aéreo no resta importancia a la agresión.

Agitando el miedo atómico, el régimen de los ayatolás, que cuelga a los homosexuales y encarcela a las mujeres por no ir lo suficientemente decorosas, lo que está haciendo es abrirle a Israel el camino para intentar librarse cuanto antes de la gran amenaza que supone el arsenal nuclear iraní. La Pascua judía termina a finales de mes. Luego veremos.

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