"Es que ni siquiera empezamos en Luanco, empezamos en San Jorge de Heres, alquilando la cocina de un hotel que estaba cerrado". Guillermo Álvarez, uno de los propietarios de la hamburguesería California Street Food, recuerda así, al más puro estilo startup americana que nace en un garaje, los comienzos de su negocio. Un negocio que se ubica en la calle San Bernardo, el eje de lo que se ha convertido en toda una milla de oro de las burges con sello gijonudo. Desde la calle Marqués de Casa Valdés, donde se encuentra el Arde Lucus, hasta la calle Pedro Duro, donde la pasada semana abrió KO Burger, hay apenas un kilómetro de distancia. Pero en esos mil metros se cuentan diez negocios diferentes (al margen de las cadenas), cada cual con su estilo, que están destrozando a puro mordisco el tópico de que las hamburguesas solo son comida rápida. "Ha habido un cambio de cultura", explican los dueños de estos locales.